Nos(otros)

Eres solo una maldita cerilla quemándome los dedos. ¿Pero en qué manos podría derramarme sin fingir, quién mordería mi carne blanca hasta hacerme olvidar que duelo tanto sin ti? Yo no soy lo que amo. Estoy hecha de lo que huyo, de lo que tacho, de lo que curo, de este mundo que ya es sólo una tierra vacía y eterna golpeándome, mordiéndome, haciéndome necesaria del daño y del morir-a veces. Estoy tragándote entero. Me estás convirtiendo en un mar de hambre, de límites, de falsa fe ciega. Rezas para que me parezca a las mujeres que aparecen en tu libro sagrado, pero carnívora, pero desnuda, pero blasfema, pero tuya, pero en ti. Sabes que estamos ignorando las consecuencias de esta juventud mal vivida. Ignoramos los ojos que nos desentrañan los pecados, ignoramos las bocas cerradas, el progreso de la gran ciudad, los descubrimientos científicos. Y la tierra. Y la lluvia. Y las drogas. Sólo existimos nosotros inertes, nosotros cayendo. Te busco todos los días a sabiendas del mal tiemp...