La Mujer Radioactiva

 -Tenias razón, y que mal empezar unas líneas de ese modo, manoita que el sol alumbra te invoco en mis calles, en mis angustias, en mi útero, en mis lagrimas, no vi mi pequeña palomita, tu cabello crecer más allá de tus hombros, no te preparé las suficientes arepas, ni me desperte tantas veces por tu chocolate caliente; Ay manoita de mi vida, que te fuiste a vivir a los cometas, a cambiar el mundo con tu risa, a gobernar un cielo mi cielo, tú. ¿Donde vives ahora florecita?, en donde corres  me pregunto con quien juegas futbol, ¿donde rezas por mi?, quiero saber manoita donde se esconden los secretos de tu existencia, que viniste a enseñarnos el amor con mayúsculas, antes de que se te cayeran todos los dientes, mis brazos van a seguir vacios, nadie va a colorearlos como tú, voy a guardarlos para ti, para cuando volvamos a pisar el mismo suelo y vea de nuevo esos ojos, que fueron ruina y leyenda.  Manoita, trata de salir a pasear por mi cabeza no quiero olvidar tu rostro, e...

Que bueno  reírse, aunque el corazón este hecho pedacitos, y que bueno netear porro en mano por horas, y poder amarte de lejos, en la habitación roja de octubre, y el abrazo que nadie nos dio nunca, por qué a  veces es tan difícil saber recibir amor. Dejar que te traspase. En ocasiones inclusive me siento como los animalitos de refugio, demasiado asustados para actuar con plenitud, con la suficiente soltura para ser felices. Que bueno que lo hagas fácil aunque no pueda doler menos, hacía mucho tiempo que te imaginaba, fue bueno tener tus pecas tan cerca debo confesar que  me perdí en tus brazos y creí quedarme alguna noche a vivir allí, aveces me sabes a despedida y tengo tanto miedo que se me salen líneas por aquí, me preguntó ¿Qué parte de la historia es? Ahora mismo va a doler.